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martes, 30 de abril de 2013

Reciprocidad C9 - TV3: alta traición a la sociedad valenciana

Ante el anuncio del próximo convenio de reciprocidad televisiva entre la Generalitat Valenciana y la Generalidad de Cataluña anunciado por el portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs, Círculo Cívico Valenciano quiere poner de manifiesto el malestar por esta lamentable decisión y el rechazo total a la misma.

El gobierno valenciano de Alberto Fabra se ha plegado a las presiones de las entidades radicales catalanistas Escola Valenciana y Acció Cultural del País Valencià (ACPV), ésta última propietaria de los repetidores que retransmitían ilegalmente la señal de TV3 desde los años 80 hasta el momento en el que el gobierno de Francisco Camps tomó la determinación de clausurarlos, en 2010. Estas entidades valencianas, al igual que TV3, ejercen de agentes del proyecto de construcción nacional de los inexistentes países catalanes.


La condición de que el canal autonómico catalán respete las señas de identidad valencianas es tan ingenua que raya en la estupidez: ¿acaso no saben los señores Fabra y Císcar que hablamos de TV3, el órgano de comunicación del gobierno separatista e imperialista de CiU y ERC? De hecho, tras anunciarse el principio de acuerdo de reciprocidad, ya ha aparecido en el muro de Facebook del canal catalán el siguiente mensaje: "TV3 es tornarà a veure al País Valencià gràcies a un acord de reciprocitat dels canals televisius". 


Por añadidura, el portavoz Homs ya ha anunciado que "este convenio no implica ninguna contrapartida de tipo más bien político que haga que no se pueda hablar de "países catalanes" o de "país valencià" en los informativos de TV3. No se puede decir a un periodista que puede decir y qué no". ¿Lo quieren más claro los señores Fabra y Císcar, o se lo ponemos en letras luminosas? ¡El gobierno catalán se ríe descaradamente de ustedes, de sus cándidas condiciones y de toda la sociedad valenciana.

De forma sistemática, la cadena autonómica catalana no solo equipara y contrapone nacionalmente a Cataluña y España, sino que incluye a la Comunitat Valenciana como una parte más de Cataluña. Esa línea editorial se circunscribe dentro de la política de la Generalitat de Cataluña de utilizar sus medios oficiales para identificar como catalanes hechos y manifestaciones culturales valencianas que, en muchas ocasiones, exceden de cuestiones lingüísticas.

Los acuerdos de reciprocidad televisiva entre CCAA hacen mención expresa a la afinidad en materia de lengua y cultura como fundamento para tal autorización. ¿Admite, por tanto, de forma clara y abierta, el gobierno valenciano que compartimos lengua y cultura con Cataluña al acceder al convenio de reciprocidad? Parece que así es, contraviniendo la realidad histórica, cultural, lingüística y la conciencia colectiva mayoritaria de la sociedad valenciana, que, a pesar de los 30 años de catalanismo escolar, en un porcentaje del 65% no acepta la supuesta "unidad lingüística" que desde las instituciones valencianas, a pesar del "valencianismo de escaparate" del PPCV, se nos trata de imponer a capón desde la aprobación de la LUEV en 1983.

Al evidente coste económico del catalanismo durante 30 años, perceptor habitual de cuantiosas subvenciones públicas a través de los comisariados de política lingüística de las universidades, de la misma Consellería de Cultura y Educación, y de la AVL, debemos añadir un coste adicional, mucho más importante e inasumible por la sociedad valenciana: el coste cultural e identitario. Y el PPCV ha sido y es, durante 18 años, cómplice y colaborador necesario de la alienación sociocultural que comenzó el PSPV durante sus 12 años de gobierno autonómico.

El President Alberto Fabra, insensible a la voluntad mayoritaria en este sentido, ha tomado un camino de no retorno y ha decidido suicidar definitivamente a su partido con esta política cultural, dando la espalda a la inmensa mayoría de la sociedad valenciana para satisfacer los intereses de una minoría que nunca votaría a su partido... minoría ruidosa y reivindicativa, pero minoría al fin y al cabo, y seguir hipotecando las señas de identidad valencianas ante los designios del separatismo catalán. Sí, señor Fabra: se ha convertido usted en el mejor embajador de los países catalanes que Artur Mas podía haber nombrado en territorio valenciano.

La factura de esta traición la cobraremos los valencianos en las urnas dentro de 2 años. Mientras tanto, desde Círculo Cívico Valenciano no nos vamos a quedar callados ni de brazos cruzados mientras usted atropella, ningunea y vende a precio de saldo la identidad valenciana. La cuenta atrás de la debacle electoral popular ha empezado.


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