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jueves, 13 de diciembre de 2012

Acció Cultural del "país valencià", o el chollo de hablar catalán en la Comunitat Valenciana

Eliseu Climent, junto a su amigo Pujol, esperando la lluvia de dinero para promocionar el catalán en Valencia , un idioma que los valencianos no reconocen como propio, sino como una imposición nacionalista que pretende sustituir al idioma valenciano (y al balear en las islas) para mayor gloria del proyecto de construcción nacional de los PPCC.


Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y el editor valenciano Eliseu Climent debe de tener muchos tesoros, a tenor de los amigos de que disfruta en las instancias del poder. Esos amigos le han servido para embolsarse una lluvia de millones de euros para promocionar el catalán más allá de las estrictas fronteras de Cataluña. Desde el año 2006 a finales del 2009 recibió casi 9 millones de euros de las arcas públicas de la Generalitat catalana, pero eso sólo a través de una de las entidades que controla: Acció Cultural del País Valencià (ACPV). Porque si se tienen en cuenta otras asociaciones en las que participa y que maneja a su antojo, la cifra se dispara hasta más de 11 millones en sólo un lustro.


Un buen pellizco, sin duda, aunque las ayudas públicas recibidas son mucho más cuantiosas: su nombre apareció en los docuemntos intervenidos en el Ayuntamiento de Santa Coloma con motivo de la Operación Pretoria y el juez Baltasar Garzón ordenó entonces un informe sobre las ayudas recibidas por Climent. A raíz de esta orden, la Guardia Civil se puso manos a la obra y acabó descubriendo que Climent y su esposa, Rosa Raga, están vinculados a 17 organizaciones que han recibido más de 15 millones de euros de las arcas públicas catalanas entre el 2002 y el 2009.

Una intrincada red de organizaciones

La mayoría de estas organizaciones son fundaciones y asociaciones en teoría sin ánimo de lucro. Sin embargo, se investiga el segundo escalón de esta intrincada red: la facturación a esas fundaciones por parte de empresas mercantiles participadas y controladas por el matrimonio.

ACPV, evidentemente, se lleva la parte del león. Periódicamente, recibe cientos de miles de euros como subvención de la Generalitat catalana para “promover la lengua y la cultura catalanas” en Valencia. Cada partida destinada a los gastos de funcionamiento de ACPV se sitúa alrededor de 500.000 euros.

Climent también controla el semanario El Temps, cuya editora, Edicions del País Valencià, ha sido mimada por la Generalitat catalana, que niega ayudas a prensa local en catalán crítica pero que abre el grifo cuando se trata de premiar al editor valenciano: desde el 2006 al 2010, el semanario recibió más de 2,2 millones de euros en ayudas públicas, que si se suman a los de ACPV, sobrepasan los 11 millones de euros en tan sólo un lustro.

El Temps, sin embargo, no sólo ha recibido fondos públicos a través de su editora, ya que el Ejecutivo catalán ha llegado a insuflarle 150.000 euros para “su funcionamiento, sus coleccionables y sus suplementos” a través de la Xarxa d’Entitats Cíviques i Culturals dels Països Catalans al mismo tiempo que le daba 430.000 euros para el fomento de la lenguay la cultura catalanas a través de la editora. Incluso la consejería de Interior llegó a concederle a ACPV 100.000 euros para la ”edición de los fascículosGuerra, Franquismo y Transición”.

El mantenimiento de El Temps le ha resultado extremadamente fácil a Climent. Primero, porque desde varias consejerías se le extendieron contratos para la suscripción de ejemplares: la de Educación recibía anualmente 610 revistas por las que pagaba más de 76.000 euros. Y Gobernación cotizaba más de 143.000 euros por 987 suscripciones. Además, la consejería de Universidades le dio 90.000 euros en el año 2006 para crear uana sección de Ciencia y Tecnlogía. En el 2008, el departamento de Innovación, Universidades y Empresa le dio otros 65.000 euros para financiar esta sección, mientras que Educación aportó 75.000 euros para los "gastos de producción del suplemento Tiempo de Historia" y casi 26.000 euros por el "aumento de gastos de la sección de Historia y Sociedad". El semanario también ha venido recibiendo periódicas subvenciones (que sobrepasan los 200.000 euros) para la digitalización de su fondo editorial y gráfico y para la realización de suplementos especiales, como una “edición de fascículos para dar a conocer los lugares históricos de Cataluña relacionados con Jaume I”, por los que recibió 40.000 euros.

Eliseu Climent también controla otras organizaciones, como la Fundación àusias March o el Instituto Internacional de Estudios Borgianos. Y, a través de la ACPV, gestiona los casales Jaume I, que se encuentran diseminados tanto en la Franja que separa Cataluña de Aragón como en el sur de Francia. La principal misión de estos casales es difundir la historia, la cultura y la lengua catalana, que se han convertido, de este modo, en un rico filón del que sólo unos cuantos avispados sacan provecho.

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